La infidelidad es un tema que generalmente asociamos con las relaciones románticas pero yo creo que existe otro tipo de traición que a menudo pasa inadvertida y puede ser más nociva: la infidelidad a ti mismo, a tu esencia, tus principios, tus objetivos.

En lo que a fotografía u otras artes respecta, también existe la traición: cuando te desconectas de tus valores para pasar a ser una factoría de hacer cualquier tipo de fotos que satisfacen al cliente pero no a ti; cuando tu trabajo te aporta beneficios económicos pero no alimenta tu espíritu; cuando la creatividad se ve supeditada por la influencia de la sociedad, modas y exigencias de terceros o cuando su repercusión te proporciona un reconocimiento en redes sociales que eleva tu ego pero se aleja de tu verdadera realidad.

¿Pero qué hay de la fotografía por principios, de no renunciar a lo que te trajo hasta aquí?.

La falta de autenticidad en nuestro trabajo puede a largo plazo generar angustia y sensación de vacío, terminas siendo un pez más dentro de ese mar de tiburones que se pelean por un pedacito de gloria. A mí siempre me gustó estar fuera del rebaño, no soy ni mejor ni peor. Soy yo.

  • Sé lo que me gusta hacer y lo que me satisface. Lo complemento cuando no me siento identificada con otros trabajos (esos que dan de comer).
  • Aprendo a establecer límites: a veces decir no, es bien.
  • Trabajo para clientes diversos que no tienen nada que ver con el retrato femenino pero voy con todo, aún así plasmo mi sello.
  • Soy auténtica y estoy orgullosa de ello: La aprobación de los demás ha dejado de estar de moda para mí.

Me soy FIEL ¿y tú?

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido protegido