Mi cuñado tiene una cámara que le costó un pastón y me hará un reportaje.
💥 BOOM! 💥
No se trata únicamente de tener buen equipo y dar al botón en ráfaga, un fotógrafo de retrato no es una fábrica de hacer fotos, lo mires por donde lo mires. Una buena foto no es sólo la foto nítida en la que sales bien, técnicamente perfecta pero que ¡bah! ni fú ni fá, no llega. Es esa en la que eres tú, que atrae y emociona, cautiva, llama la atención.
Cada profesional tiene su método, pero te explico un poquito como trabajo yo con el retrato femenino.
No puedo realizar una sesión a bocajarro sin hablar antes contigo, sin saber quién eres, qué quieres o necesitas para poder proyectar tu esencia más allá de tu apariencia. No hablo de ISO, profundidad de campo o encuadre, hablo de ir más allá.
Observo, miro, te leo, te analizo, aprendo… y aunque te suene a psicópata, lo hago con naturalidad, no te darás ni cuenta.
Para hacer un buen retrato íntimo, hay que disparar desde el sentimiento, al menos yo no sé hacerlo de otra forma; me implico y me pongo en tu piel y termino percibiendo eso que tú no puedes o no quieres ver. Cuál es tu momento vital, qué estás sintiendo o cómo te ves a ti misma es importante, todos tenemos algo que expresar. NO se trata sólo de tu cara.
Las sesiones vienen a durar un par de horas aproximadamente, donde tú y yo decidimos hacia donde queremos orientarla. Eliges la música, la ropa y los complementos que te hacen sentir cómoda.
Buscaremos destacar tu femineidad y tu sensualidad de forma sencilla, delicada y elegante.
Como máxima y por respeto a mi propia identidad, intento siempre no traspasar la frágil línea de la ordinariez, esa es otra clase de sesiones y seguro que otro tipo de fotógrafo estaría dispuesto a hacerlas, yo no.
Una sesión de fotos, es un regalo para ti misma, un detener el tiempo, un pedacito de ti abrazado a la memoria.
QUIÉRETE 💌

No responses yet